viernes, 31 de diciembre de 2010

Como si pasara un año.

Me levanto tarde, aletargado por la resaca de la noche anterior, con el sueño en los ojos y una amargura innoble en la garganta. Me arellano en la cama, me monto sobre las piernas el portátil y comienzo a escribir estas líneas con las que asesinar un año viejo. Me pongo a pensar en todos los pequeños prodigios de este dos mil diez que ya acaba, las tardes en que me aburrí y en las que fui enorme. De alguna manera me siento en el compromiso de recordar "aquellas pequeñas cosas" y aquellos nuevos seres que el año me puso en el camino.
Los días de últimos ensayos y primeras representacíones teatrales con mis compis Óscar Bacallado, Lioba Herrera y Sonsoles García, recorriendo los colegios e instituos de La Laguna con la guitarra al hombro, y la sensación impagable de saber que uno regala sin miedo su energía para hacer un poco menos duros los problemas de los otros, para arrancar una sonrisa al triste. Y luego el espectáculo de ratoncitos que construimos a golpes de entusiasmo y de diversión y que llevamos en Barraca por la isla. Y los viajes por el archipiélago, llevando isla por isla a aquel personaje de Javi que tanto me gusta y que me hizo conocer espacios como el Teatro Chico de La Palma, donde fui tan feliz como gigante.
Los macnamarianos días de Carnaval, nuevamente con Lioba, mi hermana, pero también con otros seres difuminados ahora en el curso de los meses. Mi encuentro con Adrián y Macri, a finales de febrero, donde nos dimos al placer de recordarnos y de retomar una conversación -y un cariño- que estaba pendiente y amenazada por el olvido. Con ellos comí flores de chupos como exquisiteces.
El club de lectura dramática que se ha venido organizando en Icod, gracias sobre todo a la inestimable aportación de mi amiga Elvira Tricás, y gracias por supuesto a toda la gente de teatro que ha tenido la bondad de venirse hasta el norte y compartir lo que sabe con nosotros, desde Delirium, Troysteatro, Teatro Negra, Burka Teatro, hasta Ruth Cabrera,  Elsa Mateu o Teatrejo.
Mi querido Juan Carlos León "Mosco" y mi hermosa Mar Gutiérrez, con su confianza y su ternura, con su talento y su paciencia. Un trío de sota, caballo y rey dispuesto para el mejor envite, con nuestro repertorio tan sublime de fines de semana. El espectáculo de trovadores y cantautores que hicimos, tomando de aquí y cogiendo de allá. Y el ¡Fun, fun, fun! esta vez con David Orán, compañero de faena, con quien tantos buenos ratos hemos pasado.
Mi encuentro con Montse y Mónica en Gran Canaria, escapado de una de las giras por la isla para dormir al menos una noche con ellas. Divinas, fantásticas, humanas y divertidas como siempre. Con ellas, tengo la sensación de estar siempre borracho sin estarlo. Extraño ánimo.
Mi grupo de teatro Sol y Sombra, y el viaje que allá por mayo nos hicimos a Gran Canaria para llevar una comedia del Amparo a Tejeda. Un viaje -como todos- alegre y distendido, novelero y auténtico. La posiblidad de contar con nuestro espacio propio como sede: el Matadero (justo detrás del Drago); lugar de ensayo y de emoción donde nos dimos al placer de retomar Proyecciones para el Festival de teatro Máscara, de nuestra cosecha. Mi primera conferencia de teatro ante un público que entendió mi denuncia perfectamente.
Mis rutas nocturnas con Jéssica, y nuestros paseos al Leal, a escuchar zarzuela. Y nuestras cenas y nuestros pitillos confidenciales a altas horas de la madrugada, mientras el humo asciende vertiginoso sobre los edificios más altos de San Benito.
La visita de mi siempre querido Jorge, a quien llevo en el alma como cicatriz.
El kiosco de Icod cada viernes, con sus melodías y sus palabras, con la gente necesaria para sentir la necesidad de contar un cuento extraño.
Los días verano con mi preciosísima amiga Elodie Gauchet y Greg. Días de vino y rosas, sin duda.
Mi pequeña Zarzuela para Los Silos, con chotis incluido, y Marsita siempre haciendo de las suyas con su genial encanto. Curioso trabajo que me hizo conocer el mundo de la zarzuela, y enamorarme de ella. hay quien aún me achaca que cante siempre el "No puede ser, esa mujer esa buena" de la Tabernera del Puerto, ¿verdad Lean? A tí también, que te conocí a finales de agosto y todavía nos aguantamos. jeje.
El Fesitval Máascara, en Octubre, con la exposición de trabajos fantásticos, y la voluntad de un público -el icodense- que parece volver a amar el teatro, como hace años. A todos los que participaron y asistieron, en esa comunión sagrada del que hace y el que observa, mis mas sinceras gracias. Las funciones de la compañía por los colegios del municipio haciendo un llamado a todos los niños y jóvenes para que se acerquen al teatro en aquellos días tibios no fueron del todo en vano.
Mi contacto con el grupo del Taller de dramaturgia permanente, y en especial a Isabel Delgado, que me volvió del revés como un calcetín, fue sincera y humana conmigo y ahora tengo la cabeza explotando. Pero también a todos los compañeros que allí he conocido: Mabel, Herika, Jorge, Adán, Eduardo, Elías, Micaela, Jose, Élida, Marina, Alicia, etc... y luego los que empezarons a formar parte de este movimiento cultural de espacios)abiertos(de libre creación, donde hay tan buenos artistas y mejores compañeros, y que parece seguir la máxima marxista de: ¡Artistas del mundo, uníos! Los cursos con Rogert Bernard, Sara Molina e Isabel, más o menos intensos, pero igual de importantes para la conformación de lo que somos hoy.
El rodaje de una publicidad que saldrá estos días con La fábrica de imagen, y con los compañeros que allí conocí: Olga, Pablo, etc... -me van a matar las demás-.

Y en general mis reuniones con encantadores políticos que nada saben, con gente del mundo de la música que dan asco, con los primos en los días de fiesta del pueblo, con hombres estupendos, con mujeres encantadoras, con profesores ilustres, y con detestables burgueses.

Mis padres -hermosos como dos estrellas-, mis abuelos -reconcentrados ahora en un espacio nuevo, tranquilo, mínimo-, mi hermana Patricia, tan noble y equivocada, y en general a todos los que quiero y los que no quiero. Que tengan un próximo feliz año como se merecen. Y a todos los que no he nombrado, que sepan que celebro que me quiera tanta gente que no pueda escribir de todos.

¡Un beso y feliz año 2011!