lunes, 17 de enero de 2011

Pedro García Cabrera: el canto que no acaba.

       Este próximo fin de semana, concretamente el viernes y el sábado a las 21h, el Paraninfo de la Universidad de La Laguna abre sus puertas para representar Proyecciones, de Pedro García Cabrera. Uno de los textos fundamentales de la dramaturgia canaria de todos los tiempos y una rara avis de la literatura dramática nacional, dado su carácter freudiano.

Subir a escena un texto como Proyecciones, es hoy más que nunca una necesidad. Y esto no tanto por su valor artístico como texto dramático (que también), sino –y sobre todo- por su fundamento ético y social en los tiempos de desaliento a que asistimos. Cuando allá por los años treinta del siglo pasado García Cabrera escribía esta, su única pieza dramática, parecía estar anunciando la tragedia bélica que algunos años más tarde acabaría por llegar a España y que amputaría la voz y la voluntad de innumerables artistas e intelectuales de las islas.

Proyecciones es un testimonio fiel de la angustia de aquellos años, de la lucha infatigable por defender una patria necesaria, de la vanguardia más sublime y modernamente europea, del triunfo de las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud, de la dignificación del proletariado y la politización del obrero y, en última instancia, de la construcción casi industrial del nuevo hombre que estaba naciendo por aquellos años.

Cuando en 2006 mis compañeros del grupo Sol y Sombra y yo asumimos el reto de estrenar por primera vez este texto que llevaba dormido casi ochenta años, sabíamos que se trataba de algo más que una representación exótica y curiosa sobre un texto olvidado. Hoy más que nunca el mensaje de García Cabrera cobra sentido para paliar la estupidez a que nos está llevando el ritmo mundial, para engrandecer el espíritu y el pensamiento humanos, y para justificar aquella frase sentenciosa con que se lanza uno de los personajes de la obra, afirmando severamente que «cada uno vive a la sombra de un sueño». El canto de García Cabrera parece no acabar nunca de denunciar una realidad que es siempre la misma repetida en infinidad de errores sistemáticos. Un canto que se alza a cada poco con más rabia y furor.

Este fin de semana, por tanto, será un festín para el teatro canario, pero también para la historia y la cultura de las islas, y por tanto, una fiesta autonómica de raíz intelectual y de innegable belleza poética. Quedan todos invitados a nuestras dos funciones en Aguere, en ese recinto magnífico que es el Paraninfo de la Universidad de La Laguna, con su techo futurista y simbólico, tan al tono de la pieza.

En nombre de Sol y Sombra y el mío propio esperamos que con su presencia el teatro se venga literalmente abajo. Porque así sea, «la esperanza me mantiene».



César Yanes.

Director escénico de Proyecciones.