viernes, 26 de marzo de 2010

Tic-tac, tic-tac, tic-tac...

Ayer jueves -"Jueves será, como hoy jueves que proso estos versos..." decía mi extraño Vallejo- tuvo lugar una de las ya contínuas lecturas que Sol y Sombra viene organizando desde unos meses acá. Para aquellos que no lo sepan, el Club de lectura Sol y Sombra es un encuentro con personalidades del mundo del teatro canario que desinteresadamente se acercan hasta nuestra ciudad del Drago para ofrecernos su modo de entender el hecho dramático, su experiencia sobre la escena y sus nuevos proyectos de futuro.

Por nuestro club han pasado actores, directores, filólogos, políticos, poetas y -cómo no- amigos, familiares y vecinos que han querido formar parte del prodigio de la palabra hecha carne (que es el teatro, según palabras lorquianas): desde Nacho Almenar (Burka Teatro), pasando por Óscar Bacallado (Teatro Negra), Antonio Fumero (Troys Teatro), Antonio Conejo (Teatrofia) hasta Marta Gómez (filóloga inglesa) y Teresa Tricás, quien musicó para la lectura de entonces los versos de El Caballero de Olmedo: "Que de noche lo mataron / al caballero. / La gala de Medina. / La Flor de Olmedo".

Los autores y libretos que han pasado por nuestras manos han sido tan variados como esenciales en la historia del teatro español y universal. Todos ellos, hasta ahora, seleccionados por nuestra querida organizadora del Club, Elvira Tricás, a quien desde aquí le agradezco el esfuerzo y el cariño con que afronta cada encuentro. Miguel Mihura, Lope de Vega, Eugène Ionesco, Pedro García Cabrera, José Zorrilla y tantos otros autores han sido por ahora los verdaderos protagonistas de las veladas, y a través de los cuales podemos interpretar el mundo, las épocas y el hombre.

Ayer jueves, como decía al principio, tuvo lugar otro nuevo encuentro con otra nueva pieza de teatro: Tic-Tac, de Claudio de la Torre. Una obra de vanguardia escrita en 1925, y estrenada cinco años más tarde. La importancia de la obra radica en su altísima estética, su carácter onírico -lo que la ha llevado en infinitas ocasiones a considerarla como ejemplar del surrealismo- y su modernidad innegable. A pesar de haber sido representada en Canarias allá por los años treinta del siglo pasado, es en 2003 cuando la compañía de teatro Delirium, afronta el reto de subirla a escena en una producción inusual en las islas, con una declarada estética expresionsita, con un reparto excelente de actores y con una rigurosa dirección escénica y artística.

De ahí la importancia de la lectura de ayer, porque Soraya González y Severiano García, miembros fundadores de Delirium teatro -actriz la una y director el otro- aceptaron la invitación que dese el club se les hiciera en su momento para poder compartir sus experiencias, su buen hacer y su criterio sobre el libreto, el autor y el montaje del año 2003. Junto a estos dos puntales del teatro canario, el poeta Francisco León fue el encargado de hacer un balance histórico y estético de las vanguardias, indagando en los orígenes oscuros de la misma, marcando como puntos de partida el mesmerismo y el freudismo, y presuponiendo el carácter no surrealista de la pieza que íbamos a leer, según tesis y criterios de autores especialistas en el tema.

Fue, se los garantizo, un hermoso encuentro teatral, literario, artístico y cultural. El resto de compañeros de Sol y Sombra (a excepción de Mar Gutiérrez, a quien le fue imposible asistir) y otros amigos de la compañía como Enrique Piñana y Cecilia Tricás (asiduos colaboradores) nos repartimos los personajes con el entusiasmo de entregarnos nuevamente a ese mundo mágico de lo imposible-real que es, a fin de cuentas, el teatro.

No puedo olvidar la implicación y la predisposición que ha mostrado desde un principio el Ayuntamiento de Icod de los Vinos con este club de poetas muertos. Ahora sólo falta que la gente deje a un lado el miedo de la palabra "lectura" y se deje llevar por el placer de escuchar a viva voz las historias fantásticas, terribles, trágicas y hermosas que la historia del teatro mundial nos ha regalado como testigos de hombres libres, responsables y tiernos.

P.D.: A todos los que no asistieron anoche a la cita exacta, les compadezco. Amén.

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