sábado, 14 de noviembre de 2009

Invoco

Yo invoco la memoria de mis muertos,
losa fría que cubre sus olvidos.
Ellos son lo que soy y lo que he sido,
y aún lo que seré después de muerto.

No puedo navegar hacia otros puertos,
ni otros hombres irán jamás conmigo,
que no sean las sombras de los idos
fantasmas famliares, mis ancestros.

Un muerto sólo soy. Un solo muerto
que hereda sin saberlo la memoria
de hombres hechos ceniza y polvo triste.

Pertenezco, sin querer, a ese desierto
donde el olvido se mezcla con la gloria,
donde nada es verdad, y nada existe.

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