jueves, 19 de noviembre de 2009

Tres apuntes sobre pintura.

I

Sentada sobre un sillón de mimbre una mujer me mira. Está delante de mí. Tiene las piernas cruzadas y puedo ver sus rodillas en el vuelo de su falda. No sé qué hace allí, ni de dónde vino. Tampoco me atrevo a preguntárselo. Tiene la cabeza un poco ladeada y uno de sus brazos se apoya tranquilo en el mimbre del sillón. El otro mantiene un cigarrillo tan inamovible que el humo asciende en línea recta, sin sobresaltos. Quiere hablar, sé que quiere hablar y no se atreve. Muda de espanto continúa mirándome. Yo me mantengo firme frente a ella, ocultando los temores que me inspira. Luego tomo el pincel y corrijo sus miedos y tristezas.


II

Pintó una ciudad en la noche. Fue construyendo las cimientes de las calles, el vértigo de los rascacielos, el ruido de los pequeños seres que la habitaban. La llenó de amantes y de niños, de odio y de misterio. Le impuso a la ciudad la luz del otoño, el olor de los cafés y un rumor de besos escondidos. Se fue a vivir allí.


III

Tiene miedo de empezar. Detesta ver el lienzo blanco y silencioso esperando ser asesinado. La mano tiembla, el pincel parece encogerse, la noche se estremece de duda. Una mancha tímida imprime el sello del comienzo. Le sigue otra más ancha y luego otra larga y convencida. Más tarde otro color surge en otra esquina y van apareciendo poco a poco las formas y el sentido. Y en cuestión de unas horas la vida está allí intacta nuevamente. Resurgida y recreada para siempre.

2 comentarios:

  1. Hermosos fragmentos. Tu foto de hoy me hizo recordar a la gran Rosario Miranda. Un beso.

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  2. El primer fragmento es taaaan genial. (A pesar, eso sí, de leerlo con tu acento xD)

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